La protección de los pingüinos de Humbolt

La protección de la fauna chilena, de la que los pingüinos de Humbolt son uno de los símbolos, comienza a organizarse e institucionalizarse.

Pero tiene que hacer frente a la gran actividad industrial del país: la minería.

En este sentido, un comité ministerial chileno rechazó el proyecto de hierro de Dominga d'Andes, un proyecto minero previsto en la región de Coquimbo. Este proyecto amenazaba la zona marítima de La Higuera, donde se encuentra el 80% de los pingüinos de Humbolt.

El objetivo era convertirla en la mina más grande que se haya abierto en Chile, pero el gobierno finalmente decidió ponerse del lado de los ambientalistas y la protección del medio ambiente, bajo la presión de la gente y los organismos internacionales.

En julio de 2016, un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advirtió a Chile contra la explotación intensiva de sus recursos y las consecuencias perjudiciales para el medio ambiente. Aunque en un principio las protestas ciudadanas y ecológicas no se tomaron en serio en este país, el principal productor de cobre del mundo, las cosas están cambiando y Chile parece entender que su desarrollo económico no puede basarse únicamente en su riqueza minera.

Pero la batalla aún no ha terminado: los ecologistas y la ONG Oceana (una organización para la conservación de los recursos marinos) piden la creación de un santuario marino para los pingüinos de Humbolt y que esta especie sea incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

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